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¿WI-FI DE CIENCIA FICCIÓN?

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Por: André Queiroz, director regional para el área empresarial de Ruckus Wireless.
 
El estándar Wi-Fi de siguiente generación 802.11ac está actualmente en planeación y probablemente comenzará a incluirse en productos Wi-Fi empresariales en 2013. Para los productos de hogar, los cuales representan gran parte del mercado Wi-Fi, podría llegar incluso antes y seguramente será un boom.
 
Sin embargo, para las redes inalámbricas en las empresas y en otras organizaciones las mejoras en el rendimiento solamente representarán un avance minúsculo, tan pequeño en algunos casos, que apenas será imperceptible al ojo y al oído.
 
Los bombos y platillos están sonando y todo el mundo está hambriento de puntos de vista; por ejemplo ya que está siendo ostentado como Wi-Fi gigabit ¿eso significa que proporcionará velocidades gigabit para las empresas? No, no lo hará. En términos de velocidad y capacidad, la llegada de 802.11ac se puede recibir con la declaración tibia de bienvenida: “Ya tenemos suficiente”.
El requisito primordial en las empresas es tecnología inalámbrica que funcione, sea cual sea. Las empresas necesitan depender de una conectividad simplificada y robusta que dirija las comunicaciones del negocio, requiera poca o ninguna atención y no que cree dolores de cabeza. Está ahí para permitir la eficiencia de la organización, facilitar su energía colaboradora e impulsarla hacia adelante; un medio para un fin.
 
Las conexiones inestables, los paquetes caídos y el rendimiento errático pueden deshabilitar a una organización debido a su dependencia cada vez mayor de las comunicaciones. En nuestra sociedad avanzada los usuarios están a un nivel de armonía tan íntimo con sus dispositivos que cualquier falla se magnifica, los granos de arena se convierten en montañas y el progreso se detiene por completo mientras que la gente espera a que arreglen las cosas o pasean para tomar un café y quejarse. La dura realidad es que el personal se encontraría con el déficit tecnológico, los clientes se darían cuenta y la empresa se vería afectada.
 
Al designar e implementar una red Wi-Fi para alta densidad, la cantidad de canales es más importante que su tamaño. Es mejor tener más canales que canales grandes. Incrementar el número de dispositivos que ocupan un canal en cierta área reduce la eficiencia de Wi-Fi, por esto es que a la gente le gustan los cables. En una red cableada cada dispositivo tiene su propio canal y ningún otro dispositivo comparte ese canal (cobre o fibra óptica), esto permite cantidades asombrosas de rendimiento. Si Wi-Fi pudiese tener cientos de canales, uno por cliente, se lograría el estado de nirvana inalámbrico.
 
Los canales no se pueden unir tampoco ya que eso agravaría el problema al reducir la eficiencia general del LAN inalámbrico. Utilizar 802.11ac en el hogar está bien; allí no hay problemas. Unir los canales es preferible dado que hay pocos dispositivos que tratan de acceder a un solo punto de acceso. La empresa es justo lo opuesto, ahí numerosos puntos de acceso deben soportar cientos o miles de usuarios y esos puntos de acceso deben estar en canales diversos en la medida de lo posible.
 
Irónicamente, 802.11ac prolongará la viabilidad de las redes 802.11n actuales. A medida que más clientes tienen 5GHz la capacidad y el desempeño aumentarán sin tocar la infraestructura. Tal vez no es una tecnología completamente disruptiva sino un big bang.


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